sábado, marzo 11, 2006

Generación del setenta



Generación del setenta,

generación renegada

desperdigada con saña

por las tierras más lejanas

Unos pocos que no cuentan,

un pobre atado de esperas

en la rompiente erizada

que quebró la convivencia


Generación del setenta,

la que tuvo al Papa Bueno,

creció en el París de Mayo,

de Praga herida, lamento


Avanzó a pecho abierto

anunciando un tiempo propio,

perfilando al Hombre Nuevo,

reflejo de Medellín


Generación del setenta

y su tierra prometida,

con su bandera ruidosa,

intensa arenga de fe


Cascada sin mente fría,

dogmática en su consigna,

insolente en su porfía,

nunca, nunca de rodillas


Generación del setenta

recibiendo en las costillas,

en debutante doctrina,

inseguridad nacional


En su frente con asombro

escribieron “sedición”,

los marginaron decretos.

el destierro los sembró


Generación del setenta,

hermanos deshermanados,

dispersos y censurados,

ignorarlos se ordenó


Les robaron a traición

sus historias prematuras,

hubo fuego y hubo furia

el Poder los clausuró


Generación del Setenta,

de frustración y quimera,

ayer, grito de los valles,

hoy, una reflexión serena


Generación del setenta,

con su racimo de sueños,

con su impaciencia gritada,

un baluarte, una reserva


Generación del setenta

flaca, mustia y desgreñada,

damnificados de América,

distorsionaron su esencia


Generación del setenta

comprendiendo masacrada

que las murallas son duras

si es el odio el que las alza


Generación del setenta

con cien canas asomadas,

sus heridas aún sangran

porque fueron a mansalva


Joven, ingenua y locuaz,

de madurez remendada,

en sus ojos fraternales

no hay lugar para venganzas


Generación del setenta

con su siglo atravesado,

su post-grado de paciencia,

alternativa sensata


Con su lección resguardada,

esa fe que no se transa,

busca hoy modesto sitio

para la reconstrucción soñada.

Buenos Aires / 1979



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