sábado, agosto 13, 2005

UN POEMA IRREVERENTE FRENTE A LA MUERTE

De EROSCIDIO. AMÁTICA CONTRA EL DESAMOR

Hernán Narbona Véliz

VIVIDOR

Si la Muerte me intima

a seguirla algún día,

yo la haré concubina

con cuatro anclas tendidas.

Esgrimiendo una rosa,

un poema y un lirio,

he de arar sus desiertos

escarbándole vida.

Y tras soles marchitos,

distraída en mi risa,

la veré derretirse,

desvirgada y rendida.

Mas, sabiendo que al cabo

ganará la partida,

procuraré que me extrañe

cuando vague perdida.

En su estero de luna,

solterona aterida,

de mi tacto insolente

quedará poseída.

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