miércoles, septiembre 28, 2005

POETA PORTEÑA AIDA MERCEDES JAMETT CELEBRÓ SU CUMPLEAÑOS NOVENTA


Tencha se incorporó al Taller Caminando Hacia Las letras en la Tercera Edad, el año 1987.
Su entusiasmo la convirtió en constante anfitriona de tertulias en su departamento, sobre Avenida Brasil y a pasos de la Universidad Católica. Escribió al comienzo con timidez, pero poco a poco su corazón fue soltando amarras y comenzó a navegar por las leyendas y recuerdos que inspiraba Valparaíso.

Aida Jamett es viuda de un marino y como tal tuvo el peso de criar sus hijos con gran esfuerzo. El resultado es una hermosa familia que se reunió el sábado 24 de septiembre a compartir la alegría de su cumpleaños número noventa. Lo interesante fue el cruce de recuerdos que se hizo del Taller y sus diferentes integrantes.

En el Taller publicamos un boletín, una Hoja que recogía los trabajos y que llevaba la bitácora de nuestras actividades y reuniones. Recuerdo que uno de los temas fue "los nietos" y allí afloróa un amor lúdico, mágico, diáfano, que llenó el taller de sonrisas. Nada mejor como inspiración que escribir de los niños y para los niños.
Pinceladas de Recuerdos
Carlos Cajas gustaba de bailar tango. Erika Willms, viuda del Doctor Aldo Francia, el cineasta, siempre aportaba la palabra maciza y hermosa de una intelectual comprometida con su tiempo.

Gabriela Medina era líder de las Asistentes Sociales y gustaba de la crónica, ocupándose siempre de los editoriales. Lina Guajardo, también viuda, sentía una gran fe a la Virgen María y su poesía trasuntaba esa sensación sublime de la oración. En su vieja casona de San Roque nos reunimos muchas veces y ella despuntó como una gran poeta, con una gran calidad en su obra.

Formé el Taller luego de conversar con Luis Nicolini Ghio, que había sido mi profesor en el Rubén Castro. A la sazón yo era Profesor Media Jornada de la UCV en un área diferente a la literaria: el Transporte y la Administración eran mis asignaturas. Pero, el desafío era hermoso y fue para mi una gran experiencia.

Recordábamos con Aida cuando Isabel, profesora de Literatura, una hermosa veiteañera española, de paso por Valparaíso, se quedó casi un año con nosotros y compartimos con ella el dictado del Taller.

A la cofradía de la palabra, se sumó León Santoro Funes y el equipo de integrantes fue creciendo. Un buen día, llegó de Lima la Poeta Lucy Calvo y Caamaño, quien desde entonces se radicó en el país y es hoy una destacada y reconocida poeta a cargo de la Casa del Poeta Chileno Peruano.

Personas que se daban cita en ese espacio de amistad y poesía. Cada cual con una vida a cuestas, pero dispuestos todos a compartir. Como Eugenio Carramiñana, ex prisionero de guerra, gestor entonces del Teatro Mauri, quien tuvo que soltar la pluma y pasar del testimonio doloroso a la crónica y la buena sátira.

El Taller Caminando Hacia las Letras fue un hito. Con Aida Jamett nos congratulábamos de haber sido fundadores y yo, entonces con sólo 37 años, el escritor guía de tan espléndido equipo humano.

Cuando el Taller estuvo consolidado, lo continuó el Instituto de Literatura y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Católica de Valparaíso, con el aporte de Augusto Sarrocchi Carreño, que organizaría con todos los trabajos un primer libro, una Antología que sellaría un proceso creativo sin parangón.

Cuando nos encontramos nuevamente con Aida, amiga, ex-discípula en las letras, vivaz y llena de energías, viví un momento emocionante. Porque transcurridos casi veinte años de esa época, aquellas vivencias siguen siendo para los abuelos del Taller, el momento más impactante de sus vidas, cuando, descubriendo la comunicación poética, la crónica o la epístola, fueron capaces de expresar todo el amor y experiencias acumulados en su derrotero personal.

En Aida Jamett saludamos a los que siguen y a los que ya nos dejaron. Por ellos alzamos las copas en ese sábado de alegría, diciendo
¡Feliz Cumpleaños, Poeta Aida Tencha Jamett¡

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